En el área de la atracción de talento, es normal que te enfoques en el perfil de tu candidate persona para estructurar todos los procesos y comunicaciones relacionados con tu estrategia, pero tú, como reclutador, también puedes encajar en ciertos perfiles que indican distintas fortalezas y debilidades en tu gestión.
¿Sabes qué clase de reclutador eres?
¿Eres estructurado o un amo de la improvisación?
Si nunca te has hecho estas preguntas, hoy te contaremos por qué es tan importante descubrirlo.
Reclutador de “mapa” vs. “Reclutador “de brújula”
En esta oportunidad profundizaremos en dos perfiles, que suelen ser los más comunes y que te ayudarán a identificar las características de tu gestión y cuáles pueden ser esos obstáculos que no te están permitiendo ubicar y retener a los candidatos que en verdad necesitas.
Un reclutador “de mapa” es un profesional de la atracción de talento que se destaca por:
- Ser metódico.
- Planificado.
- Estructurado.
- No deja cosas al azar.
- Fanático de las métricas.
Por otra parte, un reclutador “de brújula”, como su nombre lo dice, va hacia donde el viento lo lleve y se caracteriza por:
- Ser innovador.
- Disruptivo.
- No teme improvisar.
- Apasionado por probar las nuevas tendencias.
- Maneja los cambios e imprevistos con facilidad.
Así que el primer paso es identificar cuáles de estas cualidades están presentes en tu gestión a la hora de desarrollar una estrategia de atracción de talento.
¿Cuál es esa herramienta que no te puede faltar para marcar tu rumbo? ¿El mapa o la brújula?
Ambos tienen grandes virtudes, pero no por eso se escapan de tener particularidades que pueden entorpecer tus actividades.
Si eres un reclutador “de mapa”, por ejemplo, tal vez te ha pasado que:
- Te cuesta reaccionar rápido ante cualquier inconveniente.
- No te gusta hacer cambios imprevistos en los procesos, que no estén contemplados en tu planificación.
- Tener que improvisar es tu peor pesadilla.
- Sobreanalizas la toma de decisiones en aspectos cruciales de tu estrategia.
Cuando todo esto se junta, esa planificación que te ayuda a mantener todo bajo control, se vuelve tu propia camisa de fuerza.
Sobre todo, porque al trabajar en talento humano, te enfrentas a diversas generaciones de candidatos en constante cambio, así que en la estrategia y forma de abordarlos, aprovechar las tendencias y nuevas herramientas es un detalle imprescindible.
En cambio, si eres un reclutador “de brújula” tu talón de Aquiles puede ser que:
- Improvisas tanto, que no has podido crear unas bases eficientes para tus procesos de atracción y evaluación.
- El deseo por innovar hace que pruebes muchas cosas, dejando procesos inconclusos; sin darles un plazo prudente para evaluar su rendimiento.
- En algunas ocasiones, tu reclutamiento puede llegar a ser desorganizado y esto te hace descuidar aspectos importantes como el feedback y la experiencia que le brindas a tus candidatos.
Como ves, debemos apostar por el equilibrio, es maravilloso que tengas la capacidad de salir de tu zona de confort, estar al día con las últimas tendencias…
Pero toda estrategia de atracción de talento debe contar con pilares e indicadores que te permitan identificar oportunidades de mejora y priorizar la experiencia de tus candidatos.
Entonces, ¿debes cambiar tu forma de reclutar?
¿Cuál es mejor, el mapa o la brújula?
Romperte la cabeza con ese dilema ya no es necesario.
Porque sea cual sea tu perfil, tienes un abanico de fortalezas increíbles y para compensar tus debilidades, solo necesitas de un aliado que te oriente.
Y en LHR Américas estamos listos para ayudarte a afrontar cualquier reto en la adquisición de talento, potenciando cada fase de tu gestión para captar más y mejores candidatos.
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